lunes, 13 de abril de 2009

La caída de los obrajes

Hacia fines del siglo XVII empezó la crisis del sector textil. Esto se dio en parte por la caída de la producción de plata de Potosí, que se agudizó entre 1700 y 1750, cortando drásticamente la demanda de telas. También influyó la disminución de la mano de obra indígena por la sobreexplotación a la que estaba siendo sometida. La crisis textil generó una mayor desarticulación del espacio de la Audiencia haciendo más evidentes y profundas unas diferencias regionales que duran hasta nuestros días.
La Sierra norte rearticuló la producción textil hacia el mercado de Nuevo Granada. Pero fue la producción diversificada de la gran hacienda orientada al mercado interno, representada emblemáticamente por los complejos hacendarios jesuitas, la gran protagonista de este período.
La Sierra central fue la más golpeada por la crisis y sufrió la emigración de la mano de obra y el cierre de sus obrajes que se desplazaron a la Sierra norte. Por su parte, la Sierra sur se mantuvo a flote con la explotación de cascarilla, para la fabricación de medicinas y otros usos, de Cuenca y Loja. En la región de Guayaquil crecieron las exportaciones cacaoteras, que más adelante consagrarían a la región a la agro exportación. Esmeraldas y el Oriente seguían siendo zonas económicamente marginales.

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