lunes, 8 de diciembre de 2008

Los hijos del sol

Existen muchas leyendas sobre el Origen de los Incas. Pero en realidad ellos legaron allá por el año 1200 al valle de Urubmaba huyendo de los aymaras.
Hemos seleccionado la Leyenda de Manco Cäpac y Mama Ocllo en una versión oral de un poblador del Cusco, la selección se realizó en vista de los méritos literarios de la narración...
Los hijos del Sol
Como una mujer y un hombre de amores desgraciados, el Sol y la Luna estaban condenados a no encontrarse jamás. Pero existía una profecía que decía que un día ambos se amarían y de ese encuentro nacerían un niño y una niña en el lago Titicaca.

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El día predicho, la Tierra se oscureció y la Luna se unió al Sol. Y los hombres que llegaron al gran lago encontraron allí un hombre apuesto y fuerte junto a una doncella hermosísima. Como padre suyo que era, el dios Sol les había ordenado andar por todo el mundo, y les había entregado una lanza de oro que debían golpear en las rocas que encontraran, para allí donde la vara se hundiera con un solo golpe, levantar una ciudad en honor del Sol.

Los dos Hijos del Sol, acompañados por las gentes del lugar, recorrieron montes, valles, ríos, buscando el sitio donde la roca cedería al primer golpe de la lanza, indicando así el lugar donde fundar la ciudad. Finalmente, en una montaña llamada Huanacauri, la roca cedió, y los Hijos del Sol reunieron allí a los hombres y les hablaron de la riqueza y la pobreza, la paz y la guerra, la justicia y la injusticia...

Y fundaron una ciudad con templos que veneraban al Sol, dador de vida, y con plazas y mercados, huertos y prados: el Cusco.

Los hombres de aquellas tierras, agradecidos, le dieron al Hijo del Sol el nombre de INCA, que significaba en su lengua "príncipe".

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